Disfrutamos este momento de lectura:
¡Qué hermosas las sendas
que no tienen fin!
¡Qué hermosos los días
que no tienen noche!
¡Qué hermosas las cosas
que nunca se hicieron!...
Las columnas truncas,
los vazos trizados,
las líneas no rectas...
¡Lo que no se rige
por orden expreso!
Ir como las barcas
que no tienen remos...
¡Ir como las aves
que no tienen nido!
¡Ser algún capullo que no se adivina!
¡Poder algún día
quebrar con la marcha
de las cosas hechas!
¡Detener la tierra!
Dos y dos son cuatro...
¿y eso quién lo sabe?
Y... ¿si se me ocurre
que uno no es uno?
OVEJA DESCARRIADA:
Oveja descarriada, dijeron por ahí.
Oveja descarriada. Los hombros encogí.
En verdad descarriada. Que a los bosques salí;
Estrellas de los cielos en los bosques pací
En verdad descarriada. Que el oro que cogí
No me duró en las manos y a cualquiera lo di.
En verdad descarriada, que tuve para mí
El oro de los cielos por cosa baladí.
Es verdad descarriada, que estoy de paso aquí.
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